Hace
muchos años… en un inmenso bosque, llegó el temible y solitario invierno, apoderándose
de todo, su egoísmo es tan grande, que no permite que alguien más se distinga
durante su estancia.
Frío
de sentimientos e incontrolable de actitud, congela todo a su paso, los pinos se
cubren de nieve, los bellos colores se ven opacados por el blanco
resplandeciente.
La
soledad lo invade con el eco del silencio. Apenas comienza su paz y se ve
corrompida por los susurros ansiosos que provienen de las madrigueras, por los
cantos de los búhos, que acompañan las notas heladas de viento.
Las
águilas lo desafían desde las alturas, avivando la llama de la pasión. Los
lobos se oponen al encierro y gozan de su territorio. Los zorros deambulan por
el bosque, buscando presa a quien cazar o traicionar.
Pero…en
realidad todos entretienen su mente para no morir en el silencio. En secreto esperan
con anhelo a la hermosa primavera, quien los abraza y acaricia con gran esmero.
Pasaron
los largos días…la nieve se fue desvaneciendo, todo comenzaba a recobrar su
color, ya solo faltaba una semana para que invierno se marchara, todos estaban
preparados y saltaban de alegría, un pequeño conejo gritó el gran secreto,
tanto enfureció a invierno, que su furia cubrió el bosque nuevamente de nieve, rehusándose
a marcharse.
Esperó
a que llegara la primavera, la recibió con palabras dulces de bienvenida, en
cada suspiro la congelaba, la opacaba, la agotaba.
Invierno
estaba furioso, a él no le esperaban con esa alegría, con esa ansiedad. A él no
le daban muestras de cariño, al contrario se escondían, lo desafiaban y
murmuraban a sus espaldas, apenas llegaba y ya querían que se fuera.
Sin
fuerzas y sin color, la primavera en su último suspiro le dijo al invierno: — no
entiendo porqué tu molestia hacia mí, si yo no te he dañado. No he invadido tu
estancia, cada uno tiene su espacio. Tú eres blanco resplandeciente y el mejor
en ser frío y malévolo de sentimientos, eres único y hermoso. Tú mismo decidiste
sembrar miedo en los corazones de todo el bosque, ¿Por qué me reclamas algo que
tú has hecho? A ti te gusta el silencio, te gusta estar solo, te gusta ser
único y que nada brille más que tú.
El
invierno desesperado le contestó: — tú no me has hecho nada, me molesta que tú
seas vida y yo sea muerte, no lo puedo aceptar…yo quiero ser como tú, tener
colores, tener sueños, ayudar a muchos y no puedo. No puedo porque soy frío e
incontrolable. Y si no puedo ser como tú, no permitiré que sigas existiendo.
Y tú… ¿Eres invierno o primavera?
En
la vida te vas a encontrar con personas que son como invierno, que van a querer
ser como tú, y cuando no puedan lograrlo van a intentar dañarte, para que dejes
de ser feliz.
Cada
uno de nosotros somos únicos, cada uno es autentico en hacer algo. Deja de
imitar la vida de otras personas, deja de opacarte intentando vivir como
alguien que no eres y jamás serás.
Sé única en tu estilo, sé única en tu forma de hablar, de pensar. Antes de superar a alguien allá afuera, tienes que superarte a ti mismo, ampliar tus conocimientos, modificar tu pensamiento, modificar tu lenguaje. Si algo no te gusta, tan fácil es cambiarlo.
Sé única en tu estilo, sé única en tu forma de hablar, de pensar. Antes de superar a alguien allá afuera, tienes que superarte a ti mismo, ampliar tus conocimientos, modificar tu pensamiento, modificar tu lenguaje. Si algo no te gusta, tan fácil es cambiarlo.
No imites, cuando digo que “vivas tu película” no me refiero a que seas un falso actor, ¡no! ... se natural, sé tú. No hay segundas oportunidades.
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La felicidad es una mezcla de aceptación de lo que eres y desarrollo de tu personalidad. Y para dar felicidad uno tiene que tenerla. En caso contrario, si la frustración nos gobierna solo arrastraremos a quienes nos rodean. ¡Saludos!