Si
hay un objetivo en común entre los humanos es ser feliz.
Todos estamos siempre
en busca de la felicidad. Algunos hacen retiros para encontrarla por medio de
la senda espiritual, otros compran cientos de libros para aprender a ser feliz,
hay quienes afirman que viajando encuentran la felicidad. En realidad, son
muchas formas en cómo los humanos buscamos la felicidad.
Sin
embargo, yo siempre he dicho que la felicidad no se busca, se crea, si nuestro espíritu…nuestra
mente está tranquila, positiva y satisfecha, somos felices en el momento, en el
lugar y con las personas que estemos.
La
felicidad no es objeto que perdiste y tienes que ir a buscar, pero si es un
objetivo complementario de todo lo que haces.
Pero entonces ¿por qué no somos
felices?
Tan
simple y sencillo, nos olvidamos de ser felices porque nos gusta hacer la vida
complicada, nos gusta “meternos en camisas de once varas”, nos gusta hablar de
los demás, nos gusta exigir, nos gusta tomar lo ajeno, nos gusta “meter
nuestras narices a donde no nos llaman”, por eso y muuuchas cosas más, siempre
nos vemos envueltos en conflictos sociales…nuestra mente se mantiene ocupada,
se nos borra la sonrisa y ponemos cara dura ¿verdad o mentira?
A
mí también me ha sucedido, pero al momento reacciono, y no importa la situación
por la que esté pasando, siempre busco el lado positivo de todo y sigo
sonriendo…
…mi secreto¿?
Leer,
leer, leer… nutrir mi mente. Los conflictos siempre van a existir, por
indiferencia de opiniones y gustos, la decisión de enojarte o ser feliz es de
cada uno.
Así
que hoy te invito a leer fábulas. ¿fábulas? Si… se que estás pensando que eso
es para niños, pero déjame decirte que es la mejor forma para comenzar a
cambiar nuestro subconsciente y pensar mejor, recuerda que somos niños en armadura de adulto.
👉Fábulas para la felicidad👈
- Fábula El caballo, el buey, el perro y el hombre.
- Fábula La verdad y el viajero.
- Fábula La mujer intratable.
- Fábula El caballero calvo.
- Fábula La zorra y el mono discuten su nobleza.
- Fábula El apicultor.
- Fábula La zorra y la careta vacía.
- Fábula El gato y las ratas.
- Fábula La viuda y las criadas.
- Fábula El caballo de guerra.
Fábula El caballo, el buey, el perro y el hombre.
Cuando
fue creado el hombre, se le concedieron pocos años de vida y los secretos para
saber andar en la tierra, durante su creación, se le entregaron tres animales,
un caballo para que pudiese transportarse, un buey para que le ayudara a labrar
el campo y un perro para que fuese su fiel compañero.
El
primer invierno era algo nuevo para los cuatro, así que el hombre decidió
cubrirse del frío, levantando una choza e introdujo una fogata.
Como
la inteligencia del hombre era amplia, pensó en sus animales, cuál era el que
le haría más falta, si este moría, así que decidió dejar entrar al caballo,
pero a cambio de la mitad de sus años de vida, el frío era tan intenso, que
este aceptó el intercambio.
Al
ver el buey que caballo estaba cómodo dentro de la choza, decidió entrar
también, cediendo tres cuartas partes de sus años de vida al hombre.
Con
desesperación y esperanza el perro le implora al hombre entrar y que a cambio
le daría gran parte de sus años de vida, el hombre ambicioso por naturaleza, accedió y lo dejó entrar.
Moraleja
Condenado
por subestimar el poder del creador, ahora el hombre vive feliz, inocente y
bueno, solo durante los años que le había concedido el creador. O sea que esta
representa la infancia, nuestra niñez.
Cuando
comienza a vivir los años que le dio el caballo, se vuelve intrépido
(irrazonable, atrevido, insensato, aventurero, arriesgado) y orgulloso. La
etapa más bonita, pero más rebelde…La adolescencia.
Cuando
vive los años del buey, le gusta mandar y siente que es el “sabe lo todo”. Nuestra
madurez…cuando somos adultos, la etapa donde tenemos más responsabilidades.
Pero
cuando tiene que vivir los años que le cedió el perro, se vuelve irritable y
malhumorado. Nuestra etapa final, la vejez. Un privilegio de pocos.
Fábula La verdad y el viajero.
Un
viajero que deambulaba por el resplandeciente desierto, se cruzó con una
solitaria y triste dama.
Sin
pensarlo se acercó a ella y le preguntó: — ¿Quién eres, te puedo ayudar en
algo?
Ella
le contestó: —Soy la verdad y nadie puede ayudarme. Hace muchos años la
falsedad era compañía de pocos, pero ahora convive con todos y me ha
desplazado.
Sin
palabras, aquel viajero…se sentó junto a la verdad, la abrazó y desde ese día
la hizo su compañera.
Moraleja
Para vivir en paz, con la mente tranquila, se tiene que caminar con la
verdad, tarde o temprano…la vas a necesitar. Desafortunadamente vivimos en una época
donde es mejor la mentira que ser honestos, preferimos fingir una actitud que
demostrar nuestros verdaderos sentimientos, por temor al qué dirán. Por eso
cada día es más difícil llegar a la verdad, porque nosotros mismos la hemos
alejado.
Fábula La mujer intratable.
Un
hombre tenía una esposa que siempre estaba de mal humor, con la cara arrugada y
discutiendo con todos los integrantes de su hogar. Desesperado el hombre, por
querer saber si el mal humor sólo era con ellos, le pidió que fuese una semana a
la casa de sus padres para que cuidara de su mamá enferma, ya que a él le era
imposible asistir.
Al
regreso, el esposo le preguntó cómo la habían tratado en casa de sus padres,
ella inmediatamente respondió: —No fue tan grata experiencia, hasta los
pastores y los boyeros me miraban de reojo.
Qué
raro, contestó el hombre. Si tan mal te miraban los que salen a las montañas al
amanecer con los rebaños y regresan hasta al anochecer. ¡Me imagino cómo te
miraban todos aquellos con quienes tenías que pasar el día entero!
Moraleja
Si
eres capaz de ver la actitud de alguien que no está contigo, eres capaz de ver
que el mundo te quiere devorar.
Somos
buenísimos para “detectar” cuando le caemos mal a alguien, nos hacemos circo,
maroma y teatro en nuestra mente, acarreamos enemigos por nuestro “sexto
sentido”.
A
caso no sería más fácil vivir sin hacernos ideas de los demás. A veces el
problema no está con aquellos que te rodean, está en ti, en tu mente, en tus
creencias.
Fábula El caballero calvo.
Un
caballero viejo y cansado, había quedado calvo, por tal motivo usaba peluca. Un
día salió a cazar con sus hijos y amigos. Cuando de pronto un fuerte viento,
voló su sombrero y el peluquín, lo que provocó un momento de burla y risas.
Desesperado
corriendo detrás de su cabello, lo consiguió, se lo colocó y con una sonrisa se
unió a ellos diciéndoles: — “Era de esperarse, las pelucas en el viento, son
como las personas, te abandonan cuando menos lo esperas.”
Moraleja
Tenemos
que aprender a no frustrarnos con aquello que ha sucedido y que ya no es
posible evitar o cambiar. De nada sirve que el caballero se molestara con sus
compañeros por las burlas que estos le estaban haciendo. Al contrario, tomó la
decisión de contestar con serenidad y sensatez. Haciéndoles ver que ellos lo
abandonaron cuando pudieron apoyarlo a perseguir su cabello.
Fábula La zorra y el mono discuten su nobleza.
Estaba
una zorra y un mono discutiendo quien era el más noble de los dos. Cuando de
pronto llegaron a un cementerio y el mono rompió en llanto.
La
zorra perturbada le pregunta qué es lo que pasa. El mono abrazado a las tumbas
le contesta: — Es imposible no llorar al ver estas lápidas de esos grandes
héroes, mis antepasados.
La
zorra suspirando y en sarcasmo, le contestó: — puedes mentir cuanto quieras, al
fin, ninguno de los que están aquí se levantará para contradecirte.
Moraleja
Es
mejor ser siempre honesto. Tarde o temprano si alguien que te conoce y sabe tu
verdad, te desmentirá. No finjas en ser una persona que no eres, es mejor mostrarte
tal cual, no tienes que competir con los que están a tu alrededor, mejor
intenta ser la mejor versión de ti.
Fábula El apicultor.
Un
desconocido entró a la casa de un apicultor para robar la miel y los panales,
durante su ausencia.
Cuando
el apicultor regresó se dio cuenta que las colmenas estaban vacías. En eso las
abejas volviendo de libar, lo vieron que estaba revisando los cajones y se
lanzaron a picarlo con sus aguijones, maltratándolo horriblemente.
El
apicultor solo gritaba: — ¡malditos bichos! Yo que les cuido con cariño me
hieren y el ladrón que se llevó la miel y los panales, se fue sin castigo
alguno.
Moraleja
Muchas
veces desconfiamos del amigo que nos ayuda, que nos cuida y nos protege. Y por
ignorancia, confiamos y le tendemos la mano a quien es nuestro enemigo.
Fábula La zorra y la careta vacía.
Un
día, deambulando una zorra por la ciudad, entró a la casa de un actor de
teatro, después de revisar sus pertenencias, encontró una máscara única, bien
detalla y muy glamurosa.
La
cogió entre sus patas, la contempló y susurró: — Qué hermosa está esta cabeza,
pero qué tristeza y lástima que no tiene sesos.
Moraleja
Lo mismo sucede con las personas, se llenan de apariencias vacías.
Demuestran una imagen que no son, prefieren fingir de un buen cuerpo y rostro, aunque
sufran de salud. Se etiquetan en un nivel económico que no tienen. Es
preferible llenarse de conocimiento y ser auténtico.
Fábula El gato y las ratas.
Había
una casa abandonada, invadida por las ratas. Un gato que merodeaba cerca de
ella entró y comenzó a comerse a las ratas. Cuando ellas lo descubrieron,
decidieron esconderse en agujeros y tuberías. Hecho que imposibilitó al gato
para seguir con su festín. Así que tuvo que idearse una trampa para que todas
salieran.
Trepó a lo alto del techo y se dejó caer, haciéndose
pasar por muerto tirado en el piso, pero una de las valientes ratas le gritó: —
Amiguito, aunque te cortaras las garras, no me acerco a ti.
Moraleja
La
persona que es mala y malvada, cuando no puede dañar a su víctima directamente,
busca un anzuelo para lograrlo. Cuida bien de aquello que te ofrecen, por muy
bonito y bueno que parezca, cuando proviene del enemigo es mejor no confiar.
Fábula La viuda y las criadas.
Una
viuda muy disciplinada tenía dos criadas a las que despertaba muy de madrugada
para iniciar labores, justo después del canto de un gallo.
Las
jóvenes muy enfadadas y fatigadas, decidieron matar al gallo, quien era el
culpable de levantar a la señora y que las despertaran tan temprano.
Felices
por lograr su propósito, pero arrepentidas por haber empeorado su mal. Ahora la
señora no teniendo el gallo que le indicaba la hora, las hacía levantarse más
temprano de lo normal.
Moraleja
Evalúa
bien tus problemas, no siempre lo primero que se atraviesa ante tus ojos, es la
causa de ellos. Siempre es necesario analizar todas las posibles causas.
Fábula el caballo de guerra.
Un
caballo muy viejo y desgastado, ya no era útil para la guerra, así que el dueño
decidió enviarlo a una granja en vez de sacrificarlo.
En
la granja había trabajo para él, transportar un remolque cargado de hierba. En
su primer día de trabajo, se lamentó. Antes era un inigualable y afortunado
corcel, ahora sólo un empleado más de una granja.
No
soporta el hecho de haber perdido tan gran fortuna, el cambio de vida lo estaba
volviendo loco, así que decidió hablar con el agricultor: — Disculpe señor
agricultor, ¿será posible que alguien me ayude a realizar mis tareas, mientras
usted me cepilla mi hermoso cabello y me da buenos masajes en mis músculos? Yo
soy un caballo de guerra, no un buey de granja.
Riéndose
el agricultor, solo contestó: — ¡Hooo!, amado corcel, te gusta soñar y recordar
tus viejos tiempos heee. Ya te acostumbrarás con el tiempo a vivir tu presente.
Moraleja
Es
muy común en los humanos sostener altibajos de fortuna. Siempre será mejor encarar
el presente con sinceridad, que sentir dolor por la ausencia del pasado. Si un
día fuiste alguien con un cargo importante y hoy ya no lo tienes, no mendigues
por ello. Los días son diferentes, el cuerpo cambia, las ideas mejoran. A veces
se puede tener todo, y en ocasiones se pierde en un instante.