1.- Piensa
positivo en todo momento.
Los pensamientos positivos generan una actitud positiva frente a
cualquier circunstancia que se presente.
Una actitud positiva, te empuja a ser una mejor persona,
alguien con un pensamiento más lógico, más crítico, más asertivo, pero sobre
todo…una persona más feliz.
Te puedes molestar con
la gente…con el
mundo…con tu alrededor, pero procura siempre ver el lado bueno de
lo que sucede, todo tiene una razón de ser y sobre todo recuerda que una
acción genera muchas reacciones.
2.- Evalúa
tu progreso de aquello que estás mejorando o haciendo.
Establece periodos para evaluar el progreso de tus objetivos,
eso te impulsará a seguir motivada o motivado y seguir trabajando en ello.
Si resulta que no hay avances en eso que quieres lograr, ¡no te desanimes!, está prohibido
desanimarse. Busca nuevas
estrategias e implementa solución, pero intenta hacer
algo diferente, es
decir cambia el proceso, pero no cambies la meta que ya te habías establecido.
En cambio, si tu proyecto* avanza conforme a tu plan…no debes de
confiarte…implementa estrategias de mejora.
*Proyecto, se refiere a metas, objetivos, sin importar que tan
grandes o pequeños sean.
3.- Visualiza
tu propósito logrado y analiza de qué manera llegarás hasta allí.
No olvides la razón por
la que iniciaste, no
permitas que la carga del día y los problemas cotidianos se roben tu sueño, tu
sonrisa y tus ganas de lograr aquello que tanto quieres.
Procura todos los días
recordar cuál es tu objetivo, qué buscas y para qué. Trabaja a diario para llegar a donde tú quieres
estar. Implementa nuevas estrategias y visualízate cómo quieres que sea mañana.
Trabaja lo suficiente en ello, que al mismo tiempo puedas disfrutarlo.
4.- Tienes
derecho a fallar un día, pero no dos días consecutivos.
Si hoy algo no salió como
lo planeaste, no te frustres. Siéntate, respira profundo, analiza qué
sucedió y comienza de nuevo, inténtalo otra vez.
Si algo no funciona o
no sabes hacerlo...pregunta,
investiga y aprende. Pedir ayuda no es malo, malo es quedarse con la duda y
estancado.
5.- La sana
competencia entre amigos es una gran fuente de motivación.
Es bueno generar competencia entre amigos, siempre y cuando sea
sana, o sea sin llegar a la envidia.
Para generar competencia entre amigos, obviamente que las metas
tienen que ser similares o enfocadas hacia un mismo objetivo, por ejemplo: dos profesionistas con
diferentes carreras, impartiendo clases en una universidad, tienen como meta “Ser
el docente que mejor explica”, cada uno implementa las técnicas que mejor le
resulten, se comparten tips y al final cada uno obtiene su resultado. O un
ciclista que se une a un grupo de amigos ciclista y compiten entre sí, para
mejorar su rendimiento.
Sin embargo, la competencia
en la oficina es diferente, tiende más a
la envidia. Una realidad que no se puede ocultar, pero si disfrazar…todos
quieren ascender y sólo hay un puesto. Así que mucho ojo con esta estrategia,
no se puede aplicar en todos los casos.
6.- También
hay días malos.
No todos los días tienen que ser perfectos, tenemos que aceptar
que hay días malos, hay cosas que desconocemos, hay gente que es altamente
tóxica y hay desgracias que se presentan para cambiar todo nuestro plan, una realidad de la que no puedes escapar.
Pero tampoco puedes permitir que eso te baje el ánimo, al
contrario, tienes que estar en
tranquilidad, con la mente fría y clara, para poder tomar nuevas
decisiones.
Sólo recuerda que… la
actitud de los demás es algo que tú no puedes controlar.
7.- Crea
una lista con las razones que te motivan a seguir. Procura ser específico.
Cuando esas ganas de seguir adelante, ese ánimo
de levantarte, esas ganas de trabajar…sientas
que están cayendo… que se convirtieron en algo estresante y pesado,
entonces es momento de ir a revisar
nuevamente esa lista donde escribiste qué es lo que quieres lograr y la razón
del para qué quieres eso.
Te digo esto, porque a mí también me ha pasado. A veces siento
pesadez al levantarme de la cama y con los ojos cerrados recuerdo cada una de
las razones por las que trabajo, la principal razón es mi bienestar, es mi
equilibrio…soy yo…entonces yo misma me
digo ¡arriba Sandra¡ tienes que levantarte e ir a trabajar por lo que tanto
quieres lograr.
Piensa en tu meta todos los días, planea qué vas a realizar
durante el día, trabaja en pequeños objetivos que cada día te vayan acercando a
eso que quieres.
8.- Imita a
gente exitosa, pero real.
Cuando veas
que alguien es exitoso, primero analiza de qué manera
llegó a obtener eso que tiene. Qué
sacrificios necesitó hacer y a qué precio. Estamos en una época en donde a
veces el dinero no es limpio y detrás de ello hay sufrimiento y dolor. Analiza
bien antes de imitar.
9.- Descubre
tu pasión y dedícale tiempo.
Cuando dedicas tu tiempo a una actividad que te apasiona, que te
gusta, no necesitas que te estén recordando
qué hacer y en qué momento hacerlo. De hecho disfrutas estar haciendo eso
que tanto te apasiona, por lo tanto que la motivación permanece y si algo
falla, rápidamente le das solución.
En cambio, si realizas una actividad que no te gusta, lo haces
de mal genio, te estresas…en pocas palabras…no lo disfrutas.
Tal vez me digas que dedicarte a tiempo completo a eso que tanto
te apasiona no va ayudar a mantener tu economía, estoy totalmente de acuerdo,
puedes comenzar implementándolo como un hobby, hasta que logres que tu pasión
sea redituable.
Aunque deja decirte que, hay personas que tienen un empleo donde
realizan actividades que les apasionan, tú podrías ser una de esas personas,
eso ya depende de ti…si quieres ser emprendedor o empleado.
10.- Inspírate
con los pequeños detalles de cada día.
Cada día es diferente…es único. Observa más allá de tu alrededor y
puedo asegurarte que descubrirás muchas
cosas en las que puedes inspirarte.
Una persona que se motiva a sí misma, es
una persona de mente abierta, alguien que conoce sus fortalezas y debilidades.
¿Y tú qué haces para
mantenerte motivada o motivado?